Mucho se habla hoy en día de poner freno a la piratería, del canon de los CDs, DVDs, reproductores MP3, discos duros, etc. También de esa «facilidad» con la que la gente tiene acceso a la música de manera gratuita y fraudulenta está destruyendo la industria discográfica y cinematográfica, así como las tiendas de discos y videoclubs… Pero lo verdaderamente cierto es que es un negocio que se ha fagocitado a si mismo. ¿Por qué nadie habla del gran timo que supuso la introducción en el mercado de formatos como el CD y el DVD?

En primer lugar, el que suscribe cree en el derecho de los autores a recibir una remuneración por sus obras. Pero nunca he tenido claro cuanto llegaba a cobrar un autor por la venta de uno de sus CDs, por ejemplo. He leído por ahí que, salvo para artistas con posiciones dominantes, alrededor de un 8%, con suerte. Si las novedades se cobran entre 18 y 21 euros de media y la fabricación de un CD cuesta menos de 1 euro… ¡la de pasta que se queda por el camino! Es evidente que un músico normalito tendrá que freir patatas en el McDonalds, además de componer, si no quiere morir de hambre.

¿A quién he dado de comer yo entonces después de haber adquirido más de 3000 discos originales desde mi adolescencia?

Pensadlo bien, cuando se lanzó el formato CD, se publicitó como un avance en el sonido brutal, el formato del futuro, que no se rayaba (ja, ja…), que si era cristalino y yo que se… Y aprovechamos para fijar el precio de un álbum en CD bastante más de lo que cuesta en vinilo.

Puede que al principio su fabricación costase más que la de un disco tradicional, a finales de los 80, pero ya entrados los 90 todo el mundo sabía que era mucho más barato fabricar un CD. ¡Jamás nadie los bajó de precio! El timo estaba servido, y la de años que ha durado.

Con la cinta de vídeo y el DVD pasó exactamente lo mismo, pero con el agravante de que una película puede que la veas una o dos veces como mucho (para mi la música se disfruta más porque se oye en más ocasiones y es menos absorbente) y he visto novedades en DVD que cuestan 27 euros. Peor aún.

Entonces, con la popularización de los programas de intercambio de datos P2P, la banda ancha (bueno, no tanto…) el abaratamiento de los CDs/DVDs vírgenes y las grabadoras, no se por qué los directivos de discográficas y entidades «gestoras» de derechos de autor se extrañan de que ni Cristo bendito quiera pagar lo que piden.

Señores, 18 euros por un CD de música o 24 por una película en DVD no son precios populares que hagan que la cultura sea accesible al público en general, SON UN TIMO MAYÚSCULO.

Estoy plenamente convencido que la solución que nadie quiere ver es la reducción de esos precios a cantidades más razonables. Si un CD costase 9 euros, mucha gente ni se plantearía copiarlo en un disco virgen con el logo de una marca comercial y metido en un sobre de papel o carcasa transparente con una carátula fotocopiada. Y yo, que sigo comprando originales, soy así de idiota, compraría el doble. Pero como no estamos dispuestos a perder tanto margen de beneficios resultante de una estafa perfectamente orquestada, no lo hacemos. Antes morir que perder la vida.

Bueno, y el mismo futuro espera al software, cuyos precios rayan la obscenidad en el caso de productos como el Office, Acrobat en sus versiones más altas, Autocad, etc, etc… Al final, el software libre ha de cargarse a más de un «clásico» y, además, eso será legal 100% y no podrán venir luego a decir que ponemos tal canon o tal impuesto a esos programas que les hacen perder miles de millones (estimados) a los gigantes del soft.

Ah, si… todo esto lo escribo desde mi PC portatil con un Windows Vista totalmente legal con su licencia pagada religiosamente, ente otras cosas, porque no existía la opción de que me descontasen el dinero y yo poner Linux, por ejemplo, en este equipo. ¿Cómo puede ser esto legal?

Un enlace a un par de noticias para terminar:

La Comisión de Competencia investiga los derechos de autor que cobra SGAE.

Los ingresos por derechos de autor no dejan de crecer.

No os perdáis los comentarios, no tienen desperdicio.

3po.